LA PORTADA DE HOY


Por: Eddie Cóndor Chuquiruna

Publicado el: 2020-05-13

La corrupción también nos está matando


​​​​​​​Al COVID-19 lo venceremos pronto desde la ciencia. A la corrupción y la mentira, que hoy también conspiran para matarnos, sólo los arrasaremos mejorando a los humanos.

La corrupción, en cualquier período y latitud, para operar y prosperar se alimenta de tiempos de crisis. Si esta crisis es estructural, como ocurre en servicios sociales básicos (salud, educación, justicia, infraestructura vial, agua y saneamiento, etc,), termina cediéndole a los corruptos -sino es todo gran parte- el gobierno y gestión de un Estado.

Ha ocurrido en el pasado y hoy, pese a los grandilocuentes discursos de políticos de todas las tiendas ideológicas, sigue marcando el perfil y accionar de gran parte de los “equipos de trabajo” y gobernantes de las américas. En Perú, existen importantes esfuerzos por cambiar este destructivo esquema de ejercicio del poder; aunque los corruptos no se quieren ir y por eso se resisten a perder el control de sectores estratégicos del aparato estatal. 

En esta realidad, en los últimos meses desde que inició la pandemia, la crisis estructural de los servicios de salud ha facilitado, por el terreno fértil que ofrece, que el COVID-19 se constituya en un aliado perfecto de los corruptos -todo indica- de siempre.

Reportes de periodismo de investigación sobre compras sobrevaloradas de equipos de bioseguridad para la Policía Nacional en Perú, bolsas para cadáveres por los que la Seguridad Social de Ecuador pagó más de 10 veces su precio de mercado, compras con sobreprecios de alimentos para la emergencia sanitaria en Argentina, irregularidades en la contratación de programas encaminados a mitigar los efectos del COVID-19 en los departamentos y municipios de Colombia, muestran algunos casos de posibles latrocinios.

Mientras esto ocurre, y ojo que sólo estamos anotando lo que estaría pasando a nivel de Gobierno Nacional en estos países, miles de personas mueren presa del COVID-19, en sus territorios. Desgarradora, extrema y dolorosa situación, que muestra lo bajo que han caído quiénes dicen ser nuestros servidores públicos, líderes y gobernantes y adalides del mundo empresarial.

Por eso hoy, en estos países y en todos donde la corrupción campea, no sólo estamos luchando por salvar la vida de los más vulnerables, sino que también enfrentamos al COVID de la corrupción que se aprovecha, de los débiles mecanismos de supervisión institucional de compras y adquisiciones del Estado y la escasa confianza ciudadana en sus instituciones, dos de las expresiones de crisis estructural en los procesos de prestación de servicios, para sacar beneficio de la desgracia ajena.

 Que la corrupción opere con mayor fuerza e impunidad en tiempos de emergencia nacional, aniquila todo vestigio de esencia en los humanos, por practicarlo y permitirlo. Ahora lo sentimos más en los planos y actividades que hacen al sector salud. Por eso debemos, en la perspectiva de enfrentar y ganarle a estos flagelos que ahora caminan juntos y a los que también se suma con frecuencia la mentira, generar acciones y respuestas integrales efectivas y eficaces de las instituciones persecutoras del crimen.

Son tibias y complacientes y ayudan a perpetuar la corrupción, las posturas de sólo denunciar su mayor o menor “intensidad” en un país. La integralidad efectividad y eficacia, que demandamos, deben estar basadas en un marco jurídico coherente con el derecho interno e internacional y de tolerancia cero a las formas de corrupción y, entre otros aspectos, con penas doblemente duras. Esto implica que haya “voluntad política” de todos los poderes u órganos de un Estado de -verdaderamente- enfrentar la corrupción y no solo tiene que ver con lo que intente hacer tal o cual Presidente o Jefe de Gobierno.

Parte importante de esta lucha implica -en el caso que nos convoca- y más allá de coyunturas, porque como sabemos la corrupción es transversal en la mayoría de actividades del Estado, someter a procesos francos y abiertos de reestructuración al sistema de salud para potenciar sus capacidades, a fin de evitar la discrecionalidad, el secreto institucional y el monopolio de la información. Es derrumbar barreras y circuitos mafiosos existentes y construir política de Estado en salud.

Al COVID-19 lo venceremos pronto desde la ciencia. A la corrupción y la mentira, que hoy también conspiran para matarnos, sólo los arrasaremos mejorando a los humanos.