LA PORTADA DE HOY


Por: El Poder

Publicado el: 2020-09-24

Es necesaria la promoción de los valores sociales y cumplimiento de las normas desde la infancia


Especialista de CEDRO señala que hay que poner los reflectores en la etapa de la niñez, en los estilos de crianza, en la promoción de valores sociales, de la ética, del cumplimiento de las normas existentes, así como en el trabajo de la prevención de los problemas de comportamiento y de salud mental, y su detección temprana en niños y adolescentes.

Un reto en la prevención del COVID-19 se encuentra en que un grupo importante de personas tanto a nivel mundial como en nuestro país, se sienten desafiantes, invulnerables y soberbios frente a las medidas dispuestas para contener la pandemia, a pesar de la existencia de más de 740 mil casos confirmados y más de 30 mil muertos a nivel nacional.

Para entender el comportamiento humano es necesario abordar el tema de manera integral, incluyendo al sistema de ideas, creencias y valores que juegan un rol en la explicación del exceso de confianza que lleva a un incumplimiento de las normas (la no aceptación del distanciamiento social, del uso de la mascarilla, del lavado de manos; utilizar transportes públicos abarrotados, asistir a fiestas clandestinas, despedidas tumultuosas de seres queridos, entre otras faltas).

¿Qué hacer?, para Milton Rojas, psicólogo de CEDRO y responsable del componente de soporte psicosocial del proyecto Alianza por la Amazonía frente al Covid-19, una primera respuesta es el trabajo preventivo. Hay que poner los reflectores en la etapa de la niñez, en los estilos de crianza, en la promoción de valores sociales, de la ética, del cumplimiento de las normas existentes, así como en el trabajo de la prevención de los problemas de comportamiento y de salud mental, y su detección temprana en niños y adolescentes.

El especialista nos indica que debemos recordar que la construcción de las bases de la personalidad se da en la familia, donde “los padres enseñan el adecuado uso de la libertad y del autocontrol a través del establecimiento del apego, sentimientos, afectos y el respeto a las personas, siendo ellos los principales referentes”.

Sin embargo, es frecuente encontrarnos con niños/as y adolescentes rebeldes, con problemas para internalizar normas y respetarlas, con actitudes desafiantes ante la autoridad de los padres, de la policía y otras instancias, muchos de ellos con rasgos de comportamiento antisocial procedentes de familias multiproblemáticas, conductas que tienden agudizarse con los consumos tempranos de alcohol y otras drogas.

Otros segmentos de jóvenes y adultos no aceptan el nuevo escenario originado por la pandemia y prolongan ciertos comportamientos de riesgo sin límite, muchos vivencian la invulnerabilidad como consecuencia de haberse expuesto al riesgo de infección y no experimentar síntomas de la enfermedad desconociendo que pueden ser asintomáticos y estar contagiando a su entorno. Esta fase de negación lo vivencian de manera temporal o indefinidamente y con variada intensidad. Esto explicaría, no en pocos casos, la enorme dificultad de muchas personas para entender la gravedad de la situación aun habiendo recibido información.

Es importante visibilizar los esfuerzos y los actos positivos que lleva a cabo la mayoría de la sociedad, frente a una minoría que viola las normas y son noticia. Esto es muy importante para convertir a esta mayoría en referentes.

Para Rojas no es suficiente proporcionar información racional y con evidencia sobre el contagio del Covid-19. La información científica no siempre logra tener un impacto en la conciencia de las personas y por ende no logra un cambio de comportamiento.

La información debe considerar aspectos emocionales que tienden a llamar más la atención y tienen mayor impacto. La idea es conectar el mensaje con los intereses individuales, como creencias, aficiones, miedos, mitos, proyectos de vida, música, entre otros aspectos, sin descuidar el mensaje central, el daño que ejerce una persona a la comunidad cuando no se cuida. También hay que incluir en los mensajes a personas a quienes el público acepta y confía. Encontrar esos estímulos motivacionales y saber cómo asociarlos a una campaña preventiva tendría más probabilidades de impacto en los jóvenes para que asuman conductas más seguras.

Finalmente, como integrantes de la sociedad hay que facilitar el cumplimiento de las normas existentes, mientras que el gobierno central, los gobiernos regionales y locales deben ofrecer todas las medidas sanitarias en diversos espacios, señalizándolos y comunicándolos con frecuencia, y nosotros corrigiendo a quienes actúen de forma inapropiada. (NP)